Las familias que viven al margen de arroyo Acaraguá en el lÃmite entre Campo Ramón y Alba Posse, donde hace dos semana se desplomó el puente sufren en el dia a dia las consecuencias de la falta de mantenimiento del viaducto. Más allá de lamentar la muerte de tres personas, los vecinos tienen que buscar la forma de salir del aislamiento en el que quedaron.
«Mientras no llueve podemos pasar en canoa porque el arroyo está bajo, pero si llueve se terminó el aso porque vamos a morir ahogados», comentó una mujer.
«Yo tengo muchos problemas de salud y el otro dia tuve que pasar, arriesgando con miedo y el corazón en la boca para ir al médico, era un capuerón tuve que lavarme y cambiarme para subir al colectivo», comentó otra.
«Dicen que recién para octubre hay posibilidades de que salga el puente flotante pero no podemos esperar tanto tiempo para mandar a los chicos a la escuela, entonces que otra opción tenemos ? Que Dios nos libre de que alguien se enferme, un anciano que hacemos ?», expresó indignada otra vecina.
La producción también se ve afectada porque no pueden sacar el producto, «acá todos somos tabacaleros y como vamos a sacar el tabaco del galpón si ahora la ruta costera tambièn está cortada. Primero esperamos por el precio y ahora cayó el puente. Y para ir a buscar mercaderÃa como vamos a hacer?»
Acaraguá la vida después de la caÃda del puente
