Cada 2 de abril el mundo se detiene para conmemorar y luchar por los derechos de las personas que se encuentran dentro del espectro autista.
Romper barreras, hacer visible una realidad, concientizar sobre esta condición es lo que proponen la fonoaudióloga, Liliana Do Santos y la psicopedagoga, Natalia Olivera.
«Este día nos permite ir transformando los contextos sociales hacia una apertura, aceptación no solo del niño o adulto con autismo sino de la familia. Una vida en sociedad con oportunidades depende de contar con los apoyos y de que estos contextos vayan aprendiendo más de una persona con autismo», dijo Olivera.
En ese sentido, sostuvo la profesional que es fundamental la apertura de las escuelas.»El poder entender que un niño presenta un transtorno de estas características, que aprende diferente, que necesita comprender la información con apoyo, es todo un desafío para los docentes», recalcó.
Por otra parte, la fonoaudióloga Liliana Do Santos señaló que a pesar de no contar en Oberá con pediatras formados en neurodesarrollo, «hay muy buenos profesionales atentos al desarrollo general del chico».
«Pedimos a los papás que no se asusten, observen a sus hijos en el juego, comunicación, motricidad. Existen pruebas que definen si un niño puede tener autismo», explicó.
Do Santos destacó que a pesar de contar con una ley provincial de protección a las personas con trastorno de espectro autista (Tea), las políticas de acción no están totalmente vigentes y puestas en práctica.
Gracias al avance en la difusión, capacitación e investigación cada vez más niños, adolescentes y adultos con Cea (condición de espectro autista) están accediendo a un diagnóstico y a los apoyos que le permiten llevar una vida plena y feliz. Sin embargo, existen aún muchas barreras para acceder a estos recursos, ligadas principalmente al desconocimiento, mitos o prejuicios.